Viento, surge de la necesidad de dar visibilidad al acto de fe; entendiendo éste como, el creer en lo real de lo que no se ve.
En este sentido la fe, es entendida por medio de elementos tangibles y cotidianos, como lo es el viento.
Esta metáfora presenta al viento que actúa como el agente invisible que no es necesario verlo para creer que es real, sino que se evidencia y defiende su existencia al poderse sentir y en éste caso, ver sus efectos.
El cuerpo de obra consta de dos piezas, compuestas por secuencias de doce tomas fotográficas cada una, las cuales están dispuestas en orden cronológico, a manera de película fotográfica, con la finalidad de dar cuenta de un movimiento, movimiento que fue producido de forma natural por el viento.
La tomas fotográficas fueron hechas con aproximadamente dos segundos de diferencia entre ellas, para así lograr evidenciar de mejor manera el proceso de movimiento.